Es posible que hayas notado que ciertos alimentos te parecen mucho más amargos que a otras personas. Si esto te suena familiar, podrías ser lo que se conoce como un super taster, un término que describe a las personas con una sensibilidad excepcionalmente alta a los sabores, especialmente los amargos. Este fenómeno se debe a una variante genética que afecta cómo percibimos los sabores, lo que puede influir en tus elecciones alimenticias y, a largo plazo, en tu salud.
¿Qué Significa Ser un “Super Taster”?
Ser un super taster no es algo negativo, pero sí significa que tu percepción de los sabores es más intensa que la de la mayoría de las personas. Los super tasters tienen una mayor cantidad de receptores para los sabores amargos en la lengua, lo que hace que ciertos alimentos, como el brócoli, el café o la cerveza, sean mucho más intensos y a menudo desagradables para ellos.
Este fenómeno se debe a una variante genética en el gen TAS2R38, que influye en cómo detectamos los sabores amargos. Las personas con una variante de este gen tienen más receptores gustativos para los compuestos amargos, lo que provoca una respuesta mucho más fuerte a estos sabores (Hayes & Duffy, 2008).
El Papel de la Genética en la Percepción del Sabor
La sensibilidad a los sabores amargos es una característica genética, y algunas personas tienen más receptores en la lengua para detectar estos compuestos. Los alimentos que contienen compuestos amargos incluyen:
• Vegetales de hojas verdes: como el brócoli, la col rizada y la mostaza.
• Frutas: como el pomelo y algunas variedades de uvas.
• Bebidas: como el café y ciertas cervezas.
• Especias: como el cilantro y el cardamomo.
Los super tasters experimentan estos sabores de forma mucho más intensa que las personas con una sensibilidad promedio, lo que puede hacer que ciertos alimentos les resulten desagradables o incluso intolerables (Bartoshuk, 2000).
¿Cómo Afecta esto Tu Dieta?
Si eres un super taster, es probable que tengas aversión a ciertos alimentos saludables debido a su sabor amargo, lo que podría hacer que los evites. Esto puede afectar la calidad de tu dieta, ya que muchos alimentos ricos en nutrientes, como los vegetales de hojas verdes, son naturalmente amargos. Sin embargo, estos alimentos también son ricos en antioxidantes, fibra y otros nutrientes que son beneficiosos para tu salud (Zhang et al., 2010).
Por otro lado, los super tasters tienden a preferir alimentos más dulces o menos amargos, lo que puede llevar a elecciones alimenticias menos saludables, como el consumo de alimentos procesados o azucarados. Esto podría influir en el riesgo de enfermedades relacionadas con una dieta desequilibrada (Mennella et al., 2005).
¿Está Relacionado con Alguna Enfermedad?
Aunque no existe una relación directa entre ser un super taster y una enfermedad específica, la sensibilidad extrema a los sabores amargos puede afectar tus hábitos alimenticios. Las personas que evitan alimentos saludables debido a su aversión a los sabores amargos podrían estar perdiendo beneficios nutricionales importantes. Sin embargo, también hay estudios que sugieren que una preferencia por los alimentos amargos puede tener algunos efectos protectores, ya que muchos de estos alimentos son ricos en nutrientes y compuestos que favorecen la salud (Drewnowski & Gomez, 2008).
En general, ser un super taster no está relacionado con ninguna enfermedad en particular, pero sí puede influir en la forma en que construyes tu dieta y, por ende, en tu salud a largo plazo.
¿Qué Hacer Si Sospechas que Eres un “Super Taster”?
Si sospechas que eres un super taster y esto afecta tus elecciones alimenticias, no te preocupes. Hay estrategias que puedes probar para hacer que esos alimentos más amargos sean más agradables para tu paladar. Por ejemplo, podrías:
• Combinar alimentos amargos con sabores más dulces o suaves para equilibrar el gusto.
• Experimentar con diferentes métodos de cocción, como asar o saltear, para reducir la intensidad del sabor amargo.
• Incluir alimentos amargos en pequeñas cantidades y aumentar gradualmente la cantidad a medida que tu paladar se acostumbra.
Hablar con un nutricionista o médico especializado también puede ser útil para encontrar maneras de incorporar alimentos saludables a tu dieta de una forma que sea más fácil de tolerar para ti.
Referencias Bibliográficas
1. Bartoshuk, L. M. (2000). Psychophysics of taste. In J. L. Prescott (Ed.), The sensory evaluation of food (pp. 35-58). Springer.
2. Drewnowski, A., & Gomez, S. (2008). Human perceptions of bitterness and sweeteners: Implications for health and diet. Physiology & Behavior, 94(1), 12-17.
3. Hayes, J. E., & Duffy, V. B. (2008). Human psychophysics of basic tastes. In D. M. H. D. L. H. M. H. S. G. R. R. C. B. L. L. G. J. E. K. J. E. P. K. K. M. M. D. P. T. T. V. B. S. D. L. K. (Eds.), Genetics of taste and smell: An introduction (pp. 47-75). Springer.
4. Mennella, J. A., & Bobowski, N. (2005). The human taste system and its relationship to the food industry. Food Research International, 40(8), 743-750.
5. Zhang, L., Li, H., & Lin, Y. (2010). Association between bitter taste sensitivity and vegetable intake. Appetite, 54(3), 529-532.
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